Las peores tendencias gastrónomicas

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Por Erika Silva – Experta en Marketing Gastronómico


Un día decidí utilizar el poder que tienen las redes sociales y les pregunté a todos mis seguidores y amigos cuáles pensaban ellos que eran las peores tendencias gastronómicas, ya que todos nos dicen que es lo que nos tiene que gustar, pero nadie se preocupa en mejorar lo que a nadie le gusta.

Se trataba de buscar, a través de las propias opiniones de todos nosotros -los clientes- qué es lo que más gustaba en los restaurantes y que es lo que menos.

El objetivo de este estudio era ayudar a los propios dueños de restaurantes a mejorar, conociendo de primera mano lo que opinaban sus clientes. Vamos, información que les vale oro para todos ellos.

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 Foto: Marketing Gastronómico

 La muestra fue realizada a través del blog de marketing gastronómico, Twitter, Facebook y Linkedin y de la Comunidad Hosteltur. 200 personas dejaron su opinión y éstos fueron los 10 puntos más críticos para los clientes de restaurantes:

– Buena atención al cliente. Nos gusta que nos saluden en la entrada y nos despidan al marcharnos. Si el personal está ocupado, que al menos tenga la educación de tener un contacto visual, para que el cliente sepa que se le ha visto y que se le atenderá a la mayor brevedad posible. No queremos que se dé el síndrome del camarero fugado, donde éste se esconde y no mira a las mesas para que no se le pida algo.

– Secuencia lógica. Que pregunten por el postre, cuando no se ha comido aún el segundo, no es del agrado del cliente, que quiere terminar el primer plato y que luego le traigan el siguiente. Lo que queremos es que se note que existe un orden y una secuencia coherente en el servicio. Y, ante todo, se valora la amabilidad.

– Recomendaciones del personal. El personal debe saber recomendar vinos y platos. El cliente quiere un personal formado, atento y conocedor de los ingredientes del plato.

– Ambiente acogedor. El cliente quiere distraerse, pasar un momento de relax y diversión. Le gusta la luz tenue, buena música y que se preocupen por él. Tampoco soportamos los malos olores ni los ruidos excesivos.

– Tiempos de espera. El retraso entre plato y plato. O al traer la cuenta.

– Transparencia. Que no se autoproclamen como restaurantes de Autor, de moda, etc., sólo para inflar los precios. Hoy en día este punto es fundamental.

– Se valora la buena relación calidad/precio. El cliente quiere pagar el precio justo, con relación a la materia prima que se le sirve.

– Los servicios. Éstos deben estar siempre limpios, ya que es el reflejo de la cocina y de la limpieza del restaurante.

– Café. Un buen café es esencial para el cliente, que desea que éste sea de calidad, de forma  que sienta el deseo de tomar otro. Lamentablemente la mayoría de personas encuentra que el café que le sirven es de pésima calidad.

– La carta del restaurante. Debe ser variada, pero no muy larga y con identidad propia, diferenciándose del resto de restaurantes. El cliente no quiere cartas sucias o rotas. Y pide que si algo de lo indicado está agotado, que se comunique en el momento de tomar nota y no cuando se han pedido los platos. Además, al cliente le gusta que le sugieran platos y no que el camarero no haya probado los platos y diga por defecto: “Está todo bueno”. Por último, se espera una carta para niños o al menos platos que salgan de lo típico, como son los fritos.

– La carta de vinos. Debe ser actual, con referencias de la zona y bien sugerida por el  camarero. No gusta que se tripliquen los precios del vino y menos que los propios camareros quienes sean los que desprestigian sus vinos locales, comentando que son muy caros o malos.

Espero que todos estos puntos os ayuden a mejorar la experiencia del cliente en vuestro restaurante.

Innovación en turismo significa sumar y diferenciarse. ¿Te unes?

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