Turismo literario en Andalucía

turismo literario

 

Por José Carlos Pozo – Consultor en Comunicación Turística

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En el mundo hay ciudades que emanan literatura por los cuatro costados; ciudades literarias que inexorablemente llevan unido su nombre a escritores que las recrearon en sus obras; ciudades que reivindican y promocionan su pasado literario como reclamo turístico: el París de Balzac, Molière y Víctor Hugo; el San Petersburgo de Nabokov, Pushkin y Dostoevsky; o el Dublín de James Joyce, Bram Stoker y Oscar Wilde. Las ciudades andaluzas han sido también cuna de escritores de talla internacional, como la Granada de Federico García Lorca, o escenario de personajes convertidos en mitos literarios, como lo fue Sevilla en el “Don Juan Tenorio” de Zorrilla, basado a su vez en “El burlador de Sevilla” de Tirso de Molina.

Si ya existen visitas guiadas de casi todo (gastronómico, enológico, industrial, astronómico, etc.), lo literario no podía ser menos. El turismo literario no es solo para los entusiastas de los libros, que recorren los lugares imprescindibles de sus autores favoritos, sino también para otros públicos a los que pueden presentárseles productos turísticos de tipo literario que sean amenos, didácticos y divertidos, como visitas teatralizadas por la Sevilla de Cervantes.

En efecto, no todas las personas que practican este tipo de turismo son “peregrinos literarios”, como afirma la investigadora universitaria francesa Ivanne Galant, quien ha estudiado el caso específico de la relación entre turismo literario y marketing turístico en Sevilla. Al igual que hoy en día el cine y la televisión nos moldean la imagen que tenemos de ciudades como Nueva York o San Francisco, podríamos reproducir las palabras de Ivanne Galant: “el turismo literario nos propone un viaje en el tiempo y en el espacio”. Así un guía turístico con el suficiente bagaje literario puede sumergirnos en la Sevilla que mostró Miguel de Cervantes en “Rinconete y Cortadillo” (perteneciente a las “Novelas ejemplares”), en la Málaga de poetas de la Generación del 27 como Miguel Altolaguirre y Emilio Prados o en la Granada que “romantizó” el escritor norteamericano Washington Irving.

En Andalucía al carro del turismo literario se han subido desde las agencias de viajes y los guías turísticos particulares, haciendo por ejemplo visitas por las casas de afamados literatos sevillanos, como Gustavo Adolfo Bécquer, Luis Cernuda y Antonio Machado, hasta los patronatos de turismo, ofertando por ejemplo rutas por los lugares esenciales en la vida de Federico García Lorca, pasando incluso por las facultades de turismo, con rutas literarias por las calles de Málaga para leer poemas y textos de Picasso o el autor danés Hans Christian Andersen, autor de “El patito feo” y “El soldadito de plomo”, quien vivió en el siglo XIX una temporada en la capital de la Costa del Sol. 

 

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Por prejuicio o por desconocimiento no conviene relacionar el turismo literario exclusivamente con la entrada a casas-museos o a hacerse fotos delante de la placa o la estatua dedicada a tal o cual literato. Como en muchos otros campos del turismo, la diversificación se ha impuesto también en las rutas turísticas guiadas: lecturas de poemas, dramatizaciones, gymkhanas, etc. Y por nuestra riqueza literaria Andalucía es un campo fértil para desarrollar todavía más el turismo literario.

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