La calidad de la traducción en los servicios turísticos españoles

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Por Alicia González, Business Development Manager en  Jensen Localization

Todos hemos salido de viaje y es inevitable comparar los servicios que nos encontramos en nuestros destinos con los que conocemos en nuestro país. ¿Cuántas veces hemos dicho algo como «esto no es un tres estrellas en España»?

La calidad de los servicios turísticos en España es de las mejores

y así lo demuestran los numerosos reconocimientos obtenidos por hoteles, museos, restaurantes y otros negocios de este sector que sigue siendo el motor de nuestra economía.

Sin embargo, esto choca con la calidad de la manera en que presentamos estos servicios al público, tanto español como extranjero. Tal y como muestran algunos estudios, como «El español y su dimensión mediadora en el ámbito turístico» de Isabel Durán, si siempre se ha considerado a los traductores como mediadores culturales, en el ámbito turístico es aún más importante, ya que estos textos son fiel reflejo de la historia y de la cultura de un país y hay que saber expresarlos correctamente en el idioma de destino para acercar al visitante a nuestra historia y cultura. Lamentablemente, ese concepto parece no quedar tan claro en las traducciones que se hacen en este sector y esto hace que el visitante no llegue a conectar con la idea que queremos transmitir.

Una buena o una mala traducción afectará a los siguientes aspectos de cualquier empresa:

– Imagen de marca. Según un estudio de FACT Finder, el 20% de las ventas en línea se pierden debido a errores ortográficos. Además de falta de profesionalidad, podemos dar una imagen equivocada de los productos y servicios que ofrecemos, causando confusión en nuestros clientes. Esto puede llevarles a dejar de utilizar nuestros productos y servicios para pasar a otros donde estén mejor explicados en su idioma.

– Posicionamiento en buscadores (SEO). Según este mismo estudio, el 40% de las búsquedas en Internet no producen ningún resultado, ya que el texto que el usuario busca no corresponde con el texto que aparece en la página web. Por tanto, una traducción literal de las palabras clave no siempre funcionará, ya que no tiene por qué coincidir con la palabra que se utiliza en el idioma de destino. El SEO se basa cada vez más en contenidos de calidad y en la experiencia del usuario. Si un usuario no entiende lo que pone en la página Web que está visitando, no tendrá una buena experiencia de usuario y rápidamente se irá a otra página.

Los motivos por los que las empresas no optan por servicios lingüísticos de calidad suelen ser a menudo económicos y también una falta de conocimiento de la profesión del traductor, que les lleva a confiar en cualquier persona, nativa o no, que conozca un idioma extranjero. El hecho de hablar varios idiomas no indica que se sepa traducir, pues un traductor trabaja mayoritariamente hacia su lengua materna, ya que es en esta lengua en la que sabe hacer giros con el lenguaje para transmitir el mensaje y enganchar al lector/usuario.

La traducción debe empezar a considerarse como una inversión. Igual que invertimos en tecnología y en materiales que nos ayudan a mejorar la calidad de los servicios que ofrecemos a los clientes, invertir en traducción también nos ayudará a dar un mejor servicio.

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