Denominaciones de origen protegidas y turismo gastronómico

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Por José Miguel Balcera Barrero @JMBBRDT – Blog El rincón del Turista

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En las últimas décadas, el turismo gastronómico ha ido adquiriendo un importante papel como nueva tipología turística emergente, ya cada vez es mayor el número de personas interesadas en disfrutar y deleitar sus paladares en el destino seleccionado para su visita a través de una oferta gastronómica autóctona y singular. Esta oferta se complementa con múltiples beneficios para la zona, como la creación de empleo y la mejora continua en la productividad del tejido empresarial rural competente.

Por todo ello, dos figuras han  ido adquiriendo un papel bastante representativo: Denominación de Origen Protegida (D.O.P) e IG.P. (Indicaciones Geográficas Protegidas), ambas con fines comunes, siendo algunos de ellos potenciar la calidad y la diferenciación de productos autóctonos o resaltar la tradición en los procesos de producción de productos como el aceite de oliva o el vino entre otros.

En España existen más de 290 D.O.P. e I.G.P., albergando Andalucía un total de 54 y 25 respectivamente, lo que la posiciona como la región española con mayor número absoluto de estos distintivos de calidad gastronómica.

Aceite de oliva y vino, los anfitriones de la gastronomía andaluza 

El aceite de oliva, oro líquido que lidera indiscutiblemente en la cocina mediterránea, se posiciona como un producto agrícola que muestra uno de los ejemplos más exponenciales del patrimonio cultural inmaterial de multitud de regiones españolas a través de ancestrales costumbres y oficios relacionados con su producción.

Este producto tiene la ventaja de añadir valor a su comercialización habitual gracias a la estratégica elaboración de acciones encaminadas al diseño de una oferta gastronómica que diseña y moldea una imagen a través de rutas que permiten contemplar la importancia de estos productos, siendo España el primer productor mundial de aceite de oliva, ocupando la superficie de olivar un total del 25 % de la superficie mundial (aproximadamente 2,5 millones de hectáreas).

A escala autonómica, es importante destacar que Andalucía cuenta con aproximadamente 1,5 millones de hectáreas de cultivo de olivo, lo que se traduce en el 61,8 % del total nacional.

No menos importante es el vino como producto gastronómico de prestigio en nuestro país, ya que encontramos aproximadamente 1,16 millones de hectáreas de viñedos, siendo España el país con mayor extensión de viñedos de la Unión Europea y del mundo, ocupando Andalucía ocupa una importante sexta posición en relación a número de hectáreas.

Aun así, apenas el 50 % de la superficie de los viñedos se encuentran inscritos  con denominación de origen protegida, destacando Castilla La Mancha con el 27,9 % de su superficie inscrita, La Rioja con un 10,6 %, ocupando Andalucía en este caso una posición algo inferior con un 3,3 % de su superficie inscrita.

Por ejemplo, más del 70 % de los vinos Andaluces está adscrito a algunas de las 5 D.O.P. ubicadas en la región: Condado de Huelva con 36 bodegas, Jerez-Manzanilla S.B. con 74 bodegas, Montilla-Moriles con 85 bodegas, Málaga y Sierras de Málaga con 36 bodegas y Granada con 13 bodegas.

Sin embargo, una correcta gestión empresarial requiere una exhaustiva planificación estratégica para divisar en todo momento la situación  actual en que se encuentra la actividad, todo ello con el fin de detectar posibles desviaciones que alejen a la empresa del cumplimiento de sus expectativas.

 Oportunidades

  • Incremento de la concienciación sobre la importancia de consumir productos de alto valor ecológico.
  • Respaldo por parte de las Administraciones Públicas para la puesta en valor y mejora del patrimonio del lugar (histórico, cultural y gastronómico.
  • Desarrollo de acciones estratégicas por parte del tejido empresarial rural público y privado encaminadas a fomentar el turismo de interior en cualquier época del año.
  • Aumento del tiempo disponible para el uso y disfrute turístico, principalmente causado por la fragmentación del periodo vacacional o por la temprana jubilación entre otros aspectos.

Fortalezas

  • Ubicación geográfica estratégica de Andalucía, siendo la facilidad en la accesibilidad un importante valor añadido para el aumento de la segmentación del turismo gastronómico.
  • Importancia de la tardición histórica-artística de numerosos enclaves turísticos que actúan como oferta complementaria de regiones con productos agrícolas de calidad.
  • Auge del turismo rural en zonas agrícolas ricas en productos de calidad certificada, actuando como imán sin duda las actividades deportivas y de turismo activo.
  • Clima andaluz, el cual consta de más de 300 días de sol al año, unido a la riqueza paisajística y de flora y fauna que se concentra en esta comunidad autónoma española.

Amenazas

  • Inadecuada y escasa formación por parte de algunas empresas del sector.
  • Ausencia de suficientes programas de formación que permitan al empresario establecer un contacto con un cliente que debe conocer a la perfección, así como el proceso productivo que le muestra.
  • Insuficiente adaptación de determinadas infraestructuras que sirvan de apoyo a la dinamización del turismo gastronómico como por ejemplo bodegas, molinos, almazaras, etc.
  • Inexistentes planes de choque contra la estacionalidad en algunas regiones que impidan frenar la estacionalidad producida por la dependencia de la producción agraria.

Debilidades

  • Escasa oferta hotelera en determinadas épocas del año, lo que puede provocar el desvío de la demanda hacia otros núcleos turísticos.
  • Déficit en la gestión de calidad de determinadas zonas agrícolas en relación a la oferta suministrada al visitante debido a la inexperiencia sobre el sector.
  • Insuficiente concienciación sobre la importancia de dinamizar estas zonas agrícolas.
  • Determinadas rutas gastronómicas están en la etapa de introducción y no se les marca las adecuadas pautas para que continúen su ciclo de vida con normalidad.

En definitiva, alinear la planificación estratégica en turismo aprovechando la tendencia de turismo gastronómico, y el branding de marca bajo el paraguas de una D.O.P en el destino Andalucía, es una de las claves de diferenciación como destino turístico.

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