Destino Turístico Inteligente: La información cambia de manos

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Por Juan Vázquez – Business Analyst en Jeddins

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Como proyecto común de la ciudad, en el que están implicados todos los actores relacionados con el sector turístico, el libre acceso a la información facilita la implantación de políticas, toma de decisiones, desarrollo de medidas, etc., encaminadas hacia un turismo de calidad, sostenible y eficiente. Pero conseguirlo requiere esfuerzo; el cambio de escenario provoca no sólo un cambio de mentalidad, sino también un cambio en las reglas del juego, que han de conocerse al detalle antes de emprender el nuevo camino.

La revolución tecnológica iniciada a finales del pasado siglo, ha permitido una popularización en el uso de las nuevas tecnologías, que han abandonado su esfera empresarial, para pasar a formar parte del día a día de cualquier ciudadano.

Al inicio del presente siglo, la consolidación de soluciones tecnológicas que permiten resolver problemas cotidianos, han propiciado el desarrollo de políticas encaminadas a transformar las ciudades en entornos más saludables, acogedores y sostenibles, permitiendo una optimización de los recursos necesarios para mantener el nivel de exigencia demandado por los ciudadanos. Es lo que se conoce bajo el nombre de Smart City.

Desde el punto de vista turístico, evaluando el impacto de las políticas de sostenibilidad y eficiencia sobre el ciudadano, se está desarrollado el concepto de Destino Turístico Inteligente, una evolución de la Smart City, pero poniendo en el centro al turista que visita la ciudad,

y entendiendo que sus necesidades no sólo se restringen a su estancia en el destino, sino que empiezan en el momento en el que decide emprender un viaje, y concluyen cuando de vuelta a su lugar de origen, comparte sus experiencias con amigos y conocidos.

En este contexto, no es de extrañar que la información relacionada con las preferencias de los visitantes, costumbres, intereses, etc., es clave para poder ofrecer una oferta atractiva, de modo que como conclusión a su proceso de elección de destino, salga elegido el ofertado por la ciudad.

Para obtener la información puede optarse por el escenario clásico, en el que cada actor del destino emprende sus propias estrategias de captación de datos, marketing, etc., o puede optarse por el modelo propuesto dentro del marco del Destino Turístico Inteligente: un modelo cooperativo con libre acceso a la información. Ésta no implica que todos los datos estén accesibles a cualquier persona o entidad que desee consultarlos sino que existe una política corporativa a nivel local, comarcal, etc., que se encarga de coordinar la recogida de esta información y ponerlas al servicio de los actores implicados, siendo éstos los encargados de alimentar este repositorio de datos.

Este modelo permite implementar aplicaciones que ofrezcan la información de forma contextualizada, así como desarrollar estrategias de inteligencia de negocio, en las que a partir de estos datos es posible obtener indicadores que ayuden en la toma de decisiones en aras de aumentar la productividad, mejorar la eficiencia, abaratar costes, crear nuevos productos al gusto del consumidor; establecer estrategias de marketing personalizadas, etc.

Pero estas ventajas llevan consigo una serie de requisitos entre los que encontramos que  mantener este sistema requiere de una inversión en infraestructuras físicas que lo soporten, así como una inversión en seguridad que proteja los datos de ataques externos; el desarrollo de software que permita controlar el acceso a los interesados, así como que controle qué datos están accesibles a cada usuario.

Estas son sólo algunas de las ventajas e inconvenientes del libre acceso a los datos. Como se ha podido comprobar, el principal escollo no reside en la inversión en infraestructuras, desarrollo software, etc., sino en el cambio de mentalidad respecto a las políticas turísticas clásicas. Es por esto que antes iniciar el camino hay que abrirse a nuevas formas de abordar la solución al problema.

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