¿Cómo puede innovar un municipio turístico?

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Ejemplo de producto innovador en un municipio: Festival de los colores de Tarifa


Por Juan Vázquez – Business Analyst en Jeddins

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      Innovar es buscar la eficiencia, la rentabilidad y la competitividad; y para ello es primordial conocer qué hacemos, cómo lo hacemos, por qué lo hacemos y para quién lo hacemos.

Antes de comenzar a esbozar cómo un municipio turístico puede innovar, deberemos definir qué entendemos por innovar. Según el Informe “Destinos Turísticos Inteligentes: Construyendo el futuro” realizado por SEGITTUR, podemos definir innovar como la búsqueda de la eficiencia, la rentabilidad y la competitividad.

Según esta definición, y en el ámbito de los municipios, es el destino el que debe ser más eficiente, más rentable y más competitivo. Pero el destino no es sólo un lugar físico, sino que es el conjunto de territorio físico, clima, tejido empresarial, oferta, etc. Por tanto esta definición nos lleva al que posiblemente sea el primer hito en el proceso de innovación del destino: ha de considerarse a los distintos actores, servicios, productos, entorno, etc., en definitiva, a los distintos componentes que conforman la actividad turística, como un todo. Es decir, el modelo existente en la mayoría de los destinos turísticos, en el que cada empresa oferta sus productos/servicios teniendo en cuenta sólo a sus potenciales clientes, sus debilidades y fortalezas, su presupuesto y capacidad, etc., ha de evolucionar a un modelo en el que cada actor es un eslabón de la cadena de valor de un producto mayor: el destino.

Por tanto, si el municipio quiere innovar ha de establecer las bases para que se propicie esta colaboración en la que cada empresa proveedora de productos/servicios turísticos pueda y quiera colaborar con el resto, en aras de conseguir una mayor penetración de sus productos/servicios en el mercado. Esta tarea no es fácil en absoluto, y pasa inexorablemente por actuaciones en el eje estratégico de la información, en la que se expongan los beneficios y perjuicios tanto de un modelo de desarrollo comercial colaborativo, como los de un modelo comercial no colaborativo; y en el eje estratégico del apoyo a la colaboración público-privada, donde el municipio además de asumir su parte pública, debe facilitar los encuentros, el trasvase de información entre sectores, etc.

Si seguimos ahondando en el informe de SEGITTUR, podemos concluir que para obtener los objetivos planteados en el proceso de innovación (aumento de rentabilidad, competitividad, y eficiencia), el destino puede poner en marcha un nuevo proceso, un nuevo producto; ofertar un servicio nuevo o sensiblemente mejorado; puede implantar nuevos métodos de organización, nuevos métodos de comercialización o nuevos modelos de negocio, entre otras acciones.

Para llegar a determinar cuál es la acción, o conjunto de acciones, que debe poner en práctica, es necesario que realice dos grandes tareas:

La primera es conocer a qué mercado se quiere dirigir: debe determinar si quiere dirigirse a un nuevo segmento; si quiere especializarse en un microsegmento dentro del segmento al que ya está enfocado; si quiere aumentar el número de visitantes; si quiere aumentar ‘la calidad’ de los visitantes dentro del grupo poblacional al que se está dirigiendo; etc. Hay que tener presente que el turista actual demanda experiencias únicas, y por tanto para poder ofrecer una experiencia en el destino adaptada al cliente, se ha de tener un conocimiento exhaustivo del mismo (costumbres, gustos, preferencias, etc.), de ahí que sea determinante saber a qué mercado se va a dirigir.

 La segunda es analizar, teniendo en cuenta el mercado al que quiere dirigirse, sus limitaciones, capacidades, recursos, impacto sobre los recursos naturales, impacto sobre la población, etc. Este análisis determinará un factor clave en todo proceso comercial: la viabilidad.

 Los resultados obtenidos al final de estas dos tareas, darán una aproximación bastante cercana del eje, o conjunto de ejes sobre los que se de deberá trabajar (crear un nuevo producto, modificar el modelo comercial, etc.)

Antes de poner en marcha las tareas que desarrollaran el eje o ejes de actuación, es conveniente indagar qué hacen otros destinos en la misma situación, con el objetivo de no cometer posibles errores que hubieran cometido durante su desarrollo. Cada destino es único, ya que posee características únicas que los diferencian del resto (localización, clima, tejido empresarial, comunicaciones, etc. ), por tanto en la comparación se ha de tener en cuenta estas características si no se desean obtener resultados que lleven a error.

Una vez definida la meta, y contrastada su viabilidad (a partir del estudio de los recursos propios y la comparativa con destinos similares), se ha de elaborar el plan de acción,  y definir los indicadores que permitirán obtener datos objetivos sobre la consecución o no de las metas planteadas.

Como cabe esperar, para innovar son necesarias muchas más acciones que las descritas en este artículo. Se ha intentado exponer aquellas comunes a la mayoría de los procesos y destinos; pero como se ha mencionado, cada municipio es único, y por tanto para innovar, requiere un estudio particular.

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