Claves para un destino slow

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Por Juan Vázquez – Business Analyst en Jeddins

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El destino en su conjunto juega un papel fundamental dentro del turismo ‘slow’. No es posible configurar una oferta dirigida a este segmento, sin contar con el apoyo del tejido empresarial así como sin contar con un entorno físico-administrativo adecuado.

En este tercer y último artículo de esta serie, (Claves de la oferta slow y Claves del turismo slow, son los anteriores), se expondrán los requisitos mínimos que debería cumplir el destino, para ofrecer una oferta atractiva al viajero ‘slow’.

Claves para un destino slow

Sostenibilidad ambiental

Como se ha mencionado en los artículos precedentes, el turista ‘slow’ está fuertemente comprometido con la sostenibilidad, por tanto es importante que pueda acceder al destino utilizando medios poco contaminantes. En este sentido el transporte público se posiciona en los primeros puestos de la lista, en especial el tren. Es cierto que determinados medios públicos, como el autobús convencional, no se caracterizan por su baja contaminación, pero en comparación con las emisiones acumuladas por los distintos vehículos individuales necesarios para transportar a los usuarios de una autobús completo, el impacto de éste es menor a la suma de los anteriores.

Pero no es suficiente con disponer de unos medios de transporte de bajo impacto ambiental para acceder al destino, sino que además el destino debe permitir el desplazamiento de los visitantes empleando medios de baja contaminación. Dado el interés por la inmersión cultural del visitante en la población local, así como el tamaño de los municipios postulados como ciudades lentas o cittaslow (según sus criterios de adherencia a la red de municipios lentos, éstos no deben superar los 50.000 habitantes), los desplazamientos en bicicleta o a pie son los preferidos. Este es el motivo por el que adquieren relevancia la disponibilidad de carril bici así como de zonas peatonales, sobre todo en el centro de las ciudades.

Gastronomía local y de temporada

Alineado con la sostenibilidad ambiental, el turista ‘slow’ prefiere una oferta gastronómica basada en productos locales de temporada, cultivados mediante técnicas respetuosas con la naturaleza, por tanto es recomendable que el destino disponga de explotaciones agro-ganaderas cercanas, para promover una distribución km 0 (mínima distancia entre proveedor y cliente, de modo que la contaminación asociada al transporte de mercancías se reduzca a la mínima posible), basadas en técnicas ecológicas, y con la que se mantenga un trato justo, esto es, se paguen precios justos por la materia prima, así como sueldos justos a los asalariados de las explotaciones.

Inmersión cultural con la población local

Este interés por la inmersión cultural en la población local, hace necesaria la coordinación entre corporación local, entidades públicas y empresas privadas, para la celebración de actividades abiertas tanto a la participación de residentes como de visitantes, que sirvan de hilo conductor para el intercambio de experiencias, conocimiento, etc. Además, según el decálogo del turista ‘slow’ recogido en la tesis fin de carrera ‘Turismo Slow’ de Yasmín Marchetti y Luis Roldán, se recomienda la estancia de al menos una semana en el destino para poder realizar una inmersión cultural de provecho, por tanto la oferta de actividades debe ser lo suficientemente amplia y variada, como para que le visitante tenga argumentos objetivos para permanecer ese tiempo en el destino. No hay que olvidar que el turista ‘slow’ es el que dedica el tiempo necesario a cada actividad, no el que permanece pasivo al paso del tiempo.

Oferta de alojamientos slow

Según la guía Go Slow England, una de las pocas referencias en materia de alojamiento ‘slow’, los alojamiento preferidos para la estancia huyen de los grandes hoteles de trato exquisito pero impersonal, centrando sus preferencias en pequeños hoteles, preferiblemente de no más de 15 habitaciones, regentados por una familia local, que además de la gestión se encarga de realizar tareas propias del servicio durante la estancia (servir y preparar la comida, cultivar un pequeño huerto de donde obtienen la materia prima para algunos de los menús…). En España este tipo de establecimientos se complementa con los alojamientos rurales y los hoteles boutique, últimamente de moda. Por tanto es conveniente que los destinos ‘slow’ faciliten el desarrollo de este tipo de empresas.

Información del destino

Para fomentar la inmersión, no basta con un conjunto de actividades, sino que es recomendable disponer de centros de interpretación donde el visitante pueda adquirir conocimientos sobre el entorno, las costumbres, historia, etc., del municipio; apoyado por una red de puntos de información donde el visitante pueda conocer el programa de actividades, horarios, rutas recomendadas…; al mismo tiempo que es imprescindible que los residentes compartan la filosofía ‘slow’, y por tanto estén abiertos al intercambio cultural, participando de las actividades ofertadas, acogiendo a visitantes en sus centros de reunión (tertulias, asociaciones,etc.), siendo receptivos a la conversación, etc.

Los distintos planes turísticos elaborados por las Administraciones, como la Junta de Andalucía, cuenta con medidas de apoyo a este tipo de turismo, que permite tanto a municipios, como a agentes privados, elaborar una oferta atractiva para el turismo ‘slow’; pero antes de lanzarse a la implantación de estas medidas es necesario realizar un análisis riguroso sobre la idoneidad del destino a la hora de adaptarse a la filosofía ‘slow’.

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