¿Cómo descubrir tu pasión?



Por Leonor Cabrera ( @leonor_cabrera ) – Viventi Desarrollo Personal y Profesional

¿Sabes ya qué es eso que te apasiona en la vida? ¿Conoces cuál es esa actividad que puedes pasar horas haciendo y sentir que apenas ha pasado el tiempo?

En definitiva, eso que has nacido para hacer y que si te no lo llevas a cabo hace que la vida carezca de sentido.

Tu elemento no tiene nada que ver con lo que has estudiado, con lo que has aprendido, es algo innato en ti y que palpita con fuerza en tu interior, algo que te impulsa y que, una vez que lo has hecho por primera vez, sabes que no podrás ser feliz sin poner ese talento en acción. A  muchos emprendedores les sucede esto: tras pasar varios años trabajando en algo relacionado con la que habían estudiado, se dan cuenta de que hay algo que les apasiona y crean su propio empleo para trabajar en ello. ¡Ahí están en su elemento!

De esto es de lo que hablamos al referirnos al elemento, una definición acuñada por sir Ken Robinson, autor del libro con el mismo nombre en el que narra historias de personas que han encontrado su elemento, han podido brillar en la vida y ser felices al hacer eso que se podría decir han nacido para hacer. El vídeo que he insertado en el post es el enlace a una charla en la que cuenta cómo el elemento lo cambia todo y habla de cómo las escuelas son mataderos de creatividad.

Ken Robinson presenta ejemplos de personas que están en su elemento. Muchos de ellos no fueron estudiantes brillantes, sino todo lo contrario. Éste es el caso de Chuck Close, a quien consideraban un vago cuando era pequeño. Tenía problemas físicos y no podría practicar deportes. Además, sus exámenes eran muy flojos y parecía muy holgazán, aunque después descubrieron que tenía dislexia.

Su padre murió cuando él tenía 11 años, su madre tuvo cáncer y la familia perdió su casa para pagar el tratamiento de la madre. Lo que le hizo superar todo esto fue su pasión por el arte, para el que tenía una habilidad innata y al que se dedicó con mucho éxito hasta 1988, momento en el que un coágulo de sangre en la espina dorsal motivó que se quedará tetrapléjico y sin movimiento de cuello hacia abajo. A pesar de este revés, descubrió que aún podía pintar sujetando el pincel con la boca e incluso manejarlo para hacer pinturas muy pequeñas. Creó un tipo de arte totalmente nuevo.

¿Qué necesitas para encontrar tu elemento, tal y como hizo Chuck Close? ¿Cómo descubrir tu pasión?

1.- Pensar de forma diferente. ¿Qué pasa si cuestionas aquello que das por sentado sobre tus habilidades y las habilidades de otras personas? Vivimos en un mundo en el que nos ceñimos al currículum, a lo que hemos estudiado, pero rara vez nos preguntamos ¿qué puedo hacer con lo que sé, con lo que me gusta? Bert Conner era un chaval al que le encantaba hacer el pino y bajar las escaleras de su casa boca abajo. ¿Para qué puede servir eso? Un profesor lo llevó a un gimnasio, lo puso en contacto con la gimnasia deportiva y llegó a ser campeón olímpico.

2.- Conocer cuál es tu inteligencia. El coeficiente intelectual no es lo único que mide la inteligencia. No tenemos una sino múltiples inteligencias, entre las que se incluyen inteligencia lingüística, musical, matemática, espacial, kinestésica, interpersonal (capacidad de relacionarse con los otros) e intrapersonal (conocimiento y comprensión de uno mismo). Dependiendo de cómo sea tu inteligencia, podrá cambiar tu elemento.

3.- Encontrar tu zona. ¿Alguna vez te has puesto a hacer algo y cuando has mirado el reloj han pasado varias horas sin darte cuenta? Esa es tu zona, el lugar en el que hacer aquello que te apasiona. Estar en la zona es estar en lo más profundo del elemento, perdernos en la experiencia y dar lo máximo de nosotros mismos. Cabeza, corazón y acción van en la misma dirección y simplemente somos.

4.- Reunirte con tu tribu. La tribu es ese grupo de personas que vibra con lo mismo que tú. Cuando estás con ello te sientes como en casa y tu creatividad se multiplica.

5.- Pasar de lo que piensen los otros. ¿Alguna vez has dejado de hacer algo que sabías que era bueno para ti por temor al ‘qué pensarán’ o porque alguien cercano a ti te dijo que no debías hacerlo? Para estar en el elemento es necesario que te fíes de tu conocimiento interno, que dejes que emerja eso que está dentro de ti a pesar de lo que te digan los demás. Confía en que nadie sabes mejor que tú quién eres.

¿Has encontrado ya tu elemento? ¿Sabes cuál es tu pasión, esa que te hace mejor y que te lleva a brillar con luz propia? ¿Te animas a compartir tu experiencia?

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