Montar tu empresa: ¿una carrera de velocidad o de fondo?

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Por Leonor Cabrera ( @leonor_cabrera ) – Viventi Desarrollo Personal y Profesional

Si estás en la aventura de montar tu empresa más de una vez habrás sentido que tienes que dar un buen sprint y que estás compitiendo en una carrera de velocidad en la que tienes que correr lo más rápido que puedas. Quizás estés en la fase inicial, esa en la que tienes que apretar los dientes y tirar para adelante, echar muchas horas y no parar de currar. O quizás lleves ya algunos meses y tengas la sensación de que ahora necesitas más calma para pensar, replantear hacia dónde vas o qué deseas pero que es imposible parar porque si paras la moto se cae.

El problema que tenemos muchos emprendedores y empresarios es que vivimos con una sensación de sprint continuo. Es posible que tengas la sensación de que tienes que estar todo el día corriendo, que no queda otra, porque si no el día te come y al final no eres capaz de sacar adelante el trabajo que te toca sacar.

¿Te imaginas a Usain Bolt corriendo diez series de cien metros seguidos? ¿Sería sostenible ese ritmo? ¿Cómo acabaría el que sin lugar a dudas es el mejor atleta de la historia si hiciera eso? Acabaría arrastrándose por la pista, con una pájara tremenda y con el cuerpo diciéndole que parara de una vez porque no puede seguir su ritmo.

En muchas ocasiones los emprendedores y empresarios nos creemos obligados a hacer esas diez series seguidas de cien metros. La idea de que el estrés es algo inevitable cuando estás en esto de emprender es de las más dañinas que conozco. Esa, unida a que en los comienzos lo tenemos que hacer todo y aprovechar cualquier oportunidad de trabajo, forman un cóctel letal llamado ESTRÉS. Lo pongo así en mayúsculas para que nos dé un poco que pensar esa palabra.

Si yo te hablo del estrés, ¿qué imagen se forma en tu mente? Seguro que lo ves como inevitable y como un peaje a pagar por hacer lo que estás haciendo, ¿verdad? Ahora te voy a hacer una pregunta: ¿El estrés que sientes te impide disfrutar de tu trabajo, de tu vida o de ambos? ¿Te conecta con la ansiedad e incluso llegas a notar que no puedes respirar bien, palpitaciones o te mareas? Si es así, no es tan positivo como piensas.

Además, muchas veces es la excusa perfecta para no establecer prioridades, para no delegar y para sentirnos en la obligación de hacerlo todo.

Vayámonos ahora a una carrera de fondo. Por ejemplo, un maratón. 42 kilómetros y 195 metros. Casi nada. No sé si lo sabes pero lo que suelen hacer los corredores de distancia largas es marcarse un ritmo para recorrer cada kilómetro durante la competición. Los entrenamientos previos, conocerse, hace que sepan cuál es el ritmo que pueden soportar y a cuánto han de hacer cada kilómetro para que la marca sea la óptima.

Por supuesto, en el resultado final influirá el día que tenga ese corredor, su estado de forma, la meteorología, los competidores, incluso la altitud del lugar en el que se corre el maratón. Correr al mismo nivel del mar es más sencillo y, cuanto más altitud haya, más duro será. Y por supuesto, su motivación. No es lo mismo competir sabiendo que tienes una lesión que te va a fastidiar durante todo el recorrido que sintiéndote en un estado de forma óptimo.

El corredor de maratón sabe que va a correr más de 42 kilómetros y tiene su mente preparada para ello. Sabe que tiene que marcarse un ritmo y, al mismo tiempo, tener la preparación suficiente para esprintar cuando toque esprintar. De nada le sirve empezar corriendo como un loco. Tan sólo para tener que abandonar.

A la hora de montar tu empresa, ¿qué crees que es más saludable? ¿Tomártelo como un sprint o como una carrera de fondo en la que a veces te tocará dar un buen empujón?

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